Antecedentes: Las fracturas de hebilla tibial proximal a menudo se denominan «fracturas de trampolín», pero los mecanismos son más variados.
Objetivo: Evaluar la frecuencia de etiología de trampolín o hamaca entre niños con fractura de hebilla de la tibia proximal, caracterizando la demografía, etiologías alternativas y patrones de fractura.
Materiales y métodos: Realizamos una revisión retrospectiva de los mecanismos, la edad y el sexo de los niños con radiografías interpretadas como fractura de hebilla de tibia proximal entre 2010 y 2016. Dos radiólogos pediátricos evaluaron la presencia de impactación cortical, rotura cortical, aumento deformidad en pala anterior y extensión oblicua de la fractura hacia la fisis. Estudiamos las asociaciones entre la demografía, la etiología y la apariencia de la fractura mediante el análisis de varianza y las pruebas exactas de chi-cuadrado / Fisher.
Resultados: identificamos 145 exámenes interpretados como fractura de hebilla tibial proximal (edad media 34 meses, 64% niñas). La superficie de rebote fue el mecanismo más común (44%), y el 80% de esos casos informaron que había varias personas en la superficie de rebote. Las caídas fueron el segundo mecanismo más común (30%). Los niños lesionados mientras rebotaban eran mayores (mediana 41 meses) que otros (mediana 21 meses, P < 0,005) y tenían más probabilidades de tener una extensión oblicua de la fractura hacia la fisis (P < 0.05). La deformidad de la hebilla se asoció con una edad más joven (F = 8.67; P < 0.01), mientras que la extensión oblicua a la fisis y la fractura concurrente del peroné se asociaron con una edad más avanzada (F = 18.62, P < 0.001; y F = 8.02, P < 0.01, respectivamente).
Conclusión: el uso de un trampolín fue el mecanismo de lesión más común en niños con fractura de tibia proximal interpretada como deformidad en hebilla. Sin embargo, los mecanismos de no rebote fueron en general más comunes y ocurrieron en un grupo de edad más joven con riesgo de «fracturas de niños pequeños».