El litio como carbonato de litio se utiliza como agente psicoactivo en el tratamiento de trastornos maníaco depresivos. La terapia con litio exige un control diario de los niveles séricos de litio hasta que se determine el programa de dosis adecuado. La vida media de eliminación sérica varía de 20 a 60 horas. Se describe el insomnio en un grupo de rango bajo. El temblor, los síntomas gastrointestinales, la frecuencia urinaria y el aumento de peso fueron menos frecuentes en niveles más bajos1. La intoxicación nunca ocurre repentinamente. Varios días a una semana antes de que se desarrollen síntomas completos, un paciente experimentará letargo, somnolencia, temblores, espasmos musculares, disartria, anorexia y vómitos o diarrea. Un caso de intoxicación completamente desarrollado muestra coma a semicoma, rigidez, reflejos hiperactivos y convulsiones en ocasiones. Existe una alta incidencia de complicaciones pulmonares. Es aconsejable realizar determinaciones periódicas de sodio plasmático. Los niveles bajos de sodio en plasma están asociados con la retención de litio; niveles altos con eliminación de litio. Se ha informado que se producen diversos grados de diabetes insípida nefrogénica en el 33% de los pacientes tratados con litio. El litio inhibe significativamente el transporte de agua inducido por la hormona antidiurética en el riñón. El litio interfiere con la absorción de solutos y agua del sistema gastrointestinal produciendo náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Estos síntomas pueden ocurrir en cualquier momento, a cualquier nivel sérico. Ocurren con mayor frecuencia durante las primeras etapas del tratamiento y generalmente desaparecen de manera espontánea o mediante el ajuste de la dosis. La administración crónica de litio tiene un efecto bociogénico en el 4% de los pacientes tratados con litio, con o sin hipotiroidismo. En general, la administración de litio da como resultado una leve disminución de los niveles séricos de T4 y niveles transitoriamente elevados de TSH en casi el 33% de estos pacientes.
El litio afecta el sistema de conducción cardíaca mediante la sustitución incompleta de otros cationes, especialmente sodio y potasio. Estos cambios de electrolitos explican las depresiones de la onda T generalmente irrelevantes y reversibles que se observan en el 10% al 20% de los pacientes en tratamiento con litio.