Uno de los problemas crónicos más molestos en los perros ocurre cuando ocasionalmente tienen una fuga (es decir, de orina). No me refiero a la variedad de stand-up-and-aim omnipresente entre los hombres no castrados, ni a los frecuentes líos que hacen los no entrenados. Este es el tipo de fuga que ocurre con mayor frecuencia en las perras esterilizadas. Por lo general, sucede mientras duermen o descansan. Y el castigo está contraindicado, ya que no tienen idea de que lo han hecho.
La incontinencia del mecanismo primario del esfínter urinario es el diagnóstico que se aplica con mayor frecuencia a esta afección. Es, con mucho, el tipo más común de incontinencia en los perros y parece resultar de una debilidad de los músculos de la uretra cerca de la vejiga (la uretra es el tubo que conecta la vejiga con el mundo exterior). Los perros de razas más grandes, mayores, con sobrepeso y esterilizados están sobrerrepresentados entre los afectados, pero cualquier perro puede adquirir este problema.
Entre los perros esterilizados, los estudios muestran que los cambios en los niveles de estrógeno y progesterona afectan el mecanismo del esfínter urinario a nivel del músculo liso de la uretra. El músculo liso funciona como parte del sistema nervioso involuntario. Por lo tanto, ninguna medida de entrenamiento podría anular esta incontinencia en un perro dormido.
Goteo mientras camina o está acostado, manchas húmedas en la ropa de cama o áreas de dormir y lamido frecuente de la piel irritada en contacto con la orina son algunas de las los signos más comunes de este trastorno.
Muchos de estos perros también tienen infecciones del tracto urinario u otros problemas con el tracto urinario. Por lo general, estos problemas son el resultado de la incontinencia primaria. Tenga en cuenta que es probable que un esfínter débil permita que las bacterias viajen a la vejiga. Considere también que la orina que se acumula en la piel irritada es un gran caldo de cultivo para esta bacteria. No es de extrañar que se asuma que muchos de estos perros padecen una simple infección del tracto urinario (infección del tracto urinario) o cistitis (un tipo específico de infección urinaria: una infección de la vejiga).
Todos los perros con los síntomas enumerados anteriormente deben ser evaluado por un veterinario. El análisis de orina y de sangre son medidas de diagnóstico básicas, pero algunos perros necesitarán radiografías, ultrasonido o cultivo y sensibilidad (para determinar el tipo de bacterias presentes en caso de que tengan una infección).
Los veterinarios solían tratar estos presuntos Casos de incontinencia urinaria relacionada con hormonas con inyecciones o píldoras de hormonas suplementarias. Se ha descubierto que estos tienen efectos secundarios tan numerosos que ahora se prefiere un tratamiento más nuevo. El fármaco fenilpropanolamina es ahora la principal opción. Se considera seguro y extremadamente efectivo, pero solo sirve para que el esfínter funcione de manera más efectiva a corto plazo. Por lo tanto, el fármaco debe administrarse durante toda la vida del perro. Afortunadamente, viene en tabletas masticables.
Carmen (en la foto de arriba) recientemente tuvo una fuga. Ella fue mi musa para este artículo, así que me gustaría agradecer a su madre, cuyo blog, Dubinology (dubinology.blogspot.com), me inspiró a escribir en su nombre.