DMAE, también conocido como dimetil MEA, es un derivado de la vitamina B colina. Ha existido durante años como un suplemento oral que se cree popularmente que mejora el estado de alerta mental, al igual que el Ginkgo biloba y la coenzima Q10. Sin embargo, la investigación sobre DMAE no muestra los mismos resultados positivos que los otros dos suplementos.
Debido a que la DMAE es químicamente similar a la colina, se cree que la DMAE estimula la producción de acetilcolina. Y debido a que la acetilcolina es un neurotransmisor cerebral, es fácil ver cómo podría estar asociado con la función cerebral. Sin embargo, solo unos pocos estudios han analizado el DMAE para ese propósito y no han sido concluyentes en lo más mínimo, mientras que algunos han demostrado que el DMAE puede ser problemático o no muy efectivo.
Es un ingrediente controvertido para piel porque la investigación ha mostrado resultados contradictorios. Parece ofrecer un beneficio inicial que mejora la firmeza de la piel, pero estos resultados son de corta duración y eventualmente dan paso a la destrucción de las sustancias en la piel que ayudan a mantenerla firme. DMAE también puede tener efectos calmantes para la piel.
Curiosamente, existe un desafío de formulación cuando se incluye DMAE en productos para el cuidado de la piel. Para mantener la eficacia y la estabilidad de DMAE, el nivel de pH del producto debe ser de al menos 10. Un pH de 10 es muy alcalino, lo que no es una buena noticia para la piel.
Además, debido a que casi todos los humectantes (incluidos los sueros y las cremas para los ojos) están formulados con un pH que se asemeja mucho al de la piel humana (generalmente de 5,5 a 6,5, que está en el lado ácido de la escala), en con toda probabilidad, el DMAE incluido en los productos para el cuidado de la piel no puede tener ninguna funcionalidad prolongada.
Referencias para esta información:
Pharmazie, diciembre de 2009, páginas 818-822
Revista of Drugs in Dermatology, Suplemento 72, 2008, páginas S17 – S22
Cirugía plástica estética, noviembre-diciembre de 2007, páginas 711–718
British Journal of Dermatology, marzo de 2007, páginas 433-439
American Journal of Clinical Dermatology, Volumen 6, 2005, páginas 39–47
European Journal of Medical Research, mayo de 2003, páginas 183–191
Mechanisms of Aging and Development, febrero de 1988, páginas 129-138