En 2003, los CDC publicaron pautas sobre el control de infecciones, que incluían recomendaciones sobre las salas de aislamiento con presión negativa. Los CDC aún no contienen recomendaciones sobre el monitoreo de la sala de aislamiento con presión negativa aguda. Esto ha llevado a los hospitales a desarrollar sus propias políticas, como la Clínica Cleveland. Los métodos comúnmente utilizados para la monitorización aguda incluyen la prueba de humo o tejido y la monitorización de presión electrónica periódica (no continua) o continua.
Prueba de humo / tejidoEditar
Utiliza humo o papel de seda para evaluar la presurización de la habitación . Se coloca una cápsula de humo o un pañuelo de papel cerca de la parte inferior de la puerta, si el humo o el pañuelo de papel se tira debajo de la puerta, la habitación se presuriza negativamente. Las ventajas de esta prueba son que es rentable y fácil de realizar por el personal del hospital. Las desventajas son que no es una prueba continua y que no mide la magnitud. Sin una medida de la magnitud, las salas de aislamiento pueden estar sub o sobrepresurizadas, aunque la prueba de humo / tejido sea positiva. Una recomendación de los CDC de 1994 indicaba TB Las salas de aislamiento deben revisarse diariamente para detectar presión negativa mientras se usan para el aislamiento de TB. Si estas salas no se están usando para pacientes que tienen TB sospechada o confirmada pero que potencialmente podrían usarse para tales pacientes, la presión negativa en las habitaciones debe revisarse mensualmente .
Monitoreo electrónico continuo de presiónEditar
Utiliza un dispositivo electrónico con un puerto de presión en la sala de aislamiento y un puerto de aislamiento en el pasillo para monitorear continuamente la diferencia de presión entre los espacios. Las ventajas de este tipo de monitoreo son que la prueba es continua y una alarma alertará al personal sobre cambios de presión no deseados. Las desventajas de este monitoreo son que los puertos de presión pueden volverse contaminados con partículas que pueden dar lugar a inexactitudes y falsas alarmas, los dispositivos son costosos de comprar e instalar, y el personal debe estar capacitado para usar y calibrar estos dispositivos porque los diferenciales de presión utilizados para lograr la baja presión negativa requieren el uso de dispositivos mecánicos muy sensibles dispositivos, dispositivos electrónicos o manómetros para garantizar mediciones precisas.