El objetivo de esta revisión fue evaluar la tendencia en la tasa de circuncisión masculina en EE. UU. Y el impacto que la declaración de política afirmativa de la Academia Estadounidense de Pediatría de 2012 podría tener en práctica de la circuncisión neonatal. Se buscó en PubMed el término circuncisión para recuperar artículos relevantes. Esta revisión fue motivada por un informe reciente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades que encontró un ligero aumento, del 79% al 81%, en la prevalencia de la circuncisión en hombres de 14 a 59 años durante la última década. Hubo disparidades raciales y étnicas, con una prevalencia que aumentó al 91% en blancos, 76% en negros y 44% en hombres hispanos. Debido a que los datos sobre la circuncisión neonatal son equívocos, realizamos un análisis crítico de los datos del alta hospitalaria. Después de corregir el subregistro, encontramos que el porcentaje había disminuido del 83% en la década de 1960 al 77% en 2010. Un análisis de riesgo-beneficio de las condiciones contra las que protege la circuncisión neonatal reveló que los beneficios exceden los riesgos en al menos 100 a 1 y Durante su vida, la mitad de los varones no circuncidados requerirán tratamiento para una afección médica asociada con la retención del prepucio. Otros análisis muestran que la circuncisión masculina neonatal es rentable para la prevención de enfermedades. Los beneficios de la circuncisión comienzan en el período neonatal mediante la protección contra infecciones que pueden dañar el riñón pediátrico. Dado el riesgo sustancial de enfermedades y condiciones adversas, algunos argumentan que no circuncidar a un bebé puede ser poco ético porque disminuye su derecho a la buena salud. No hay ningún efecto adverso a largo plazo de la circuncisión neonatal sobre la función sexual o el placer. La política afirmativa de la Academia Estadounidense de Pediatría de 2012 respalda la educación de los padres sobre el acceso, el seguro y la cobertura de Medicaid para la circuncisión infantil electiva. Como ocurre con la vacunación, la circuncisión de los niños recién nacidos debe formar parte de las políticas de salud pública. Las campañas deben priorizar los subgrupos de población con menor prevalencia de la circuncisión y una mayor carga de enfermedades que pueden mejorarse con la circuncisión.
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