Los seres humanos son un reservorio natural del estafilococo aureus. La colonización comienza poco después del nacimiento y predispone a la infección. S. aureus es una de las causas más frecuentes de infección cutánea, dando lugar a foliculitis, furunculosis, carbuncos, ectima, impétigo, celulitis y abscesos. Además, S. aureus puede causar una serie de enfermedades potencialmente mortales mediadas por toxinas, incluido el síndrome de piel escaldada por estafilococos (SSSS). Las toxinas epidermolíticas liberadas por ciertas cepas de S. aureus causan SSSS al escindir la molécula de adhesión celular epidérmica, desmogelina-1, lo que produce erosión cutánea superficial. Experimentos recientes han revelado similitudes en la fisiopatología de SSSS y pénfigo foliáceo, un trastorno autoinmune que se caracteriza por anticuerpos dirigidos a la misma proteína de unión epidérmica. El SSSS generalmente afecta a recién nacidos y lactantes, pero también puede ocurrir en adultos predispuestos. Es doloroso y angustioso para el paciente y sus padres, aunque la mayoría de los casos responden al tratamiento con antibióticos. La mortalidad es baja en los lactantes, pero puede llegar al 67% en los adultos, y depende del grado de afectación cutánea y del estado comórbido. Por tanto, el tratamiento de los adultos que desarrollan SSSS sigue siendo un desafío terapéutico importante. La respuesta de anticuerpos contra las toxinas neutraliza su efecto y previene la recurrencia o limita los efectos al área de infección, lo que se conoce como impétigo bulloso.
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