Una cita temprana en inglés de «esto también pasará» aparece en 1848:
Cuando un Su sultán deseaba que un sabio oriental inscribiera en un anillo el sentimiento que, en medio del perpetuo cambio de los asuntos humanos, era más descriptivo de su tendencia real, grabó en él las palabras: «Y esto también pasará.» » Es imposible imaginar un pensamiento más verdadera y universalmente aplicable a los asuntos humanos que el expresado en estas memorables palabras, o más descriptivo de esa perpetua oscilación del bien al mal y del mal al bien, que desde el principio del mundo ha sido la característica invariable de los anales del hombre, y así evidentemente fluye de la extraña mezcla de inclinaciones nobles y generosas con bajas y egoístas, que se encuentra constantemente en los hijos de Adán.
También se usó en 1852, en un recuento de la fábula titulada «El sello de Salomón» del poeta inglés Edward FitzGerald. En ella, un sultán solicita al rey Salomón una frase que siempre sería cierta en buenos o malos tiempos; Salomón responde: «Esto también pasará». El 30 de septiembre de 1859, Abraham Lincoln relató una historia similar:
Es dijo un monarca oriental una vez encargó a sus sabios que le inventaran una sentencia, para estar siempre a la vista, y que sho Debería ser veraz y apropiado en todo momento y situación. Le presentaron las palabras: «Y esto también pasará». ¡Cuánto expresa! ¡Qué castigo en la hora del orgullo! ¡Qué consolador en las profundidades de la aflicción!